Este año y después de al menos tres años sin una salida, hemos tenido una escapada durmiendo fuera de casa. Ha sido la mayor salida en mucho tiempo en familia, pero no es una tarea fácil en mi casa. Minnie no está preparada para salir, y ha quedado a cargo de mi hermano, sé y confío mucho en que él iba a cuidarla bien, es de todos mis hermanos el que mayor sintonía tiene con los animales, y Minnie es especial. Como yo esperaba, si se iba, ella no comía su comida( suele hacerlo igual cuando salgo por las mañanas y le dejo su agua y comida lista), así que la ha hecho compañía hasta que ha comido.
La salida era de cuatro días, con tres noches fuera. Al padre de las niñas le dieron el lunes de descanso, a falta de vacaciones,y la suerte ha querido que pueda cogerse el puente del 15 de agosto. Contando con que ha sido algo precipitado y de última hora, y es muy complicado, por un lado buscar sitio un para dormir, lo es más contando que somos cinco, que tres son niños, y que es festivo. Las noches en Asturias, País Vasco, Galicia, Santander... eran de un precio mínimo de 500€ la noche. Así que me he ido al norte de Portugal y hemos encontrado algo asequible y con playa cerca. Al final, el padre se ha quejado de lo lejos del destino, pero a mi no me ha parecido tan mal( él conduce mucho y claro que ya tiene bastante con el trabajo como para luego tener que viajar más en sus dias de descanso). El sitio es bastante accesible, no sabíamos si tendríamos un buen apartamento, y ha resultado fabuloso, con muchos detalles, incluyendo cosas para las niñas, saloncito, cocina muy completa con todo( lavavajillas, lavadora, vitro de inducción, horno, microhondas, cafetera, tostadora; menudo invento y como les ha gustado a las niñas). Dos habitaciones con camas grandes, tenía barreras para las niñas, un baño completo, pasillo, despensa con lo necesario para lavar y limpiar, dos terrazas muy espaciosas, un parque bajando a la calle... Ha estado muy bien.
La playa estaba muy cerca, era inmensa, y cuando digo inmensa lo digo literalmente. Suponía que iba a tener oleaje, por que había investigado que la playa era donde se practicaba windsurf, pero tenía una particularidad y es que la orilla estaba llena de zonas rocosas que hacían una especie de muro, y de ahí a la orilla el agua estaba helada como el hielo pero completamente en calma. La arena estaba limpia, blanca y finita, Claudia la disfrutó mucho el día que estuvimos allí. Valeria y Aroa fueron valientes y entraron al agua, cualquiera no lo hace sabiendo lo difícil que es este año encontrar días de sol y que nosotras veamos la playa. Decían las opiniones, que siempre había brisa, pero fuimos afortunados y ese día no hubo nada.
EL pueblo donde estuvimos no estaba en el núcleo de Viana do Castelo, tuvimos que coger el coche para ir hasta allí ( el padre, si nos descuidamos no nos saca de donde estábamos y nos quedamos sin hacer nada más que lo que hacemos estando en casa, así es él, vacaciones es igual adormir y sofá para él). Las niñas estuvieron bastante revolucionadas, la pequeña tiene un carácter súper difícil, come mal y se traduce en rabietas también, la lactancia sigue a pleno rendimiento y me resulta ya a veces una lata, ir a comer y estar con la cuchara y ella pidiendo teta es un calvario, al final todos comen y yo no disfruto de una buena comida, por que en esta casa encima nadie espera, pero tampoco hacen lo posible para que una vez acaben, o no quiera más la pequeña pueda yo comer tranquila.La verdad es que comimos realmente bien cuando llegamos, en un restaurante marisquería donde pedimos arroz con bogabante y marisco que nos presentaron en una cazuela de barro, era espectacular y aunque era para dos, la cantidad bien parecía para los cuatro.El padre y yo pedimos bacalao encebollado con patatas, delicioso, abundante, también genial!!!!Y a un precio de risa. Allí había un pequeño supermercado( continente, que aquí ya no hay y se ha convertido en carrefour) y la comida no era muy de nuestro estilo. Y lo que estaba bien era bastante caro, aluciné con el precio del pollo allí, que era casi el doble que el precio de aquí. Las longanizas, chorizos...eran muy distintas y a nosotros sete tipo ahumado no nos gustó. El día que cenamos en un local tipo burguer el padre pidió un plato que casi no le llenó, Aroa pidio una hamburguesa, que segun ella llevaba verdura, pero si la gustó, y la mediana y yo quisimos probar las famosas
francesinhas. Lo que no nos gustó fue la salsa que la acompañaba, pero de no ser por eso, era lo mejor de la cena. Era una especie de sandwich con jamon de york, salchicha, filete de ternera, queso gratinado, y las nuestras las pedimos con huevo frito por encima. La salsa era picante, y era demasiado para mi. Mirando por lo visto la salsa es de cerveza y tomate, aunque he de decir que por el color no me dió ninguna sensación, era diferente, e igual por eso no le encontramos la gracia. Somos muy clasicos para los nuevos sabores.
Chafé, que es una freguesía( como una zona residencial), estaba en fiestas y disfrutamos la primera noche de la fiesta nocturna, tenían la iglesia completamente iluminada, orquesta, hichable y un carrusel, puestos de peluches..y toda la avenida iluminada... No hay pueblo de León tan decorado como esto, jajajaj....
Se montaron juntas en el hinchable, nos dimos una vuelta y nos volvimos pronto, a pesar de que aquello estaba muy animado. Era como disfrutar de las fiestas de los pueblos en León hace un par de decadas, como cuando yo era niña, los niños corriendo y en las atracciones, personas adultas bailando frente a la orquesta, con todo abarrotado de gente, a pesar de que allí no es un lugar masificado.
Al día siguiente nos fuimos a la playa por la mañana, y nos volvimos a comer al apartamento. La verdad es que nos dimos cuenta de que allí no pasan el día entero en la playa y la gente se iba para volver después, no están en la playa el día entero seguido. La gente lleva sombrillas y cortavientos que se clavan en el suelo y van muy preparados. Y eché de menos ir mas, pero la mala suerte quiso que el lunes estuviese nublado y con mucho viento. A pesar de todo, disfrutamos, y mucho de la playa. La vuelta fue dura, yo no sé si fue la pequeña de hambre o sueño, pero fue... estrepitosamente un agobio.
Al dia siguiente, sin hacer nada especial por la mañana, por la tarde bajamos en coche ante nuestra insistencia a ver Viana. Lo malo... que el padre y la pequeña no perdonan la costumbre de la siesta y cuando llegamos las tiendas estaban cerradas, aunque nos dió tiempo de feria, ver el barco hospitalario, pasear con todo decorado y musica en las calles, ver el puerto que es muy bonito. Pero yo quería verlo desde lo alto de la basílica de Santa Lucia pero el padre no quiso ir y me quedé con ganas por que se supone que es el mayor atractivo del pueblo. Tampoco llegamos hasta la Praia Norte, que es la mas concurrida/ visitada por sus piscinas, pero bueno, era un día de mucho viento y en el mar seguro que llegaba a ser molesto.Algún dia esperemos que la cosa para nosotros sea mas animada y disfrutemos de otra manera con el padre de las niñas.
El martes madrugamos y nos volvimos de regreso.
Hicimos una parada en Padornelo y a la hora de comer el padre ya estaba descansando para el día siguiente.
La conclusión es que tenemos que preparar mas distracciones para las niñas por que pronto se nos aburren, Claudia tenemos que trabajar ese carácter duro que se gasta y nos saca de las casillas y Valería poco a poco dejará de reclamar tanta atención. Es muy difícil viajar en familia, pero a pesar de los inconvenientes yo, que paso 24 horas sin descanso y sin cambiar de aires necesitó un poco salir de la rutina. Es más, si no fuera por el desembolso yo me animaba a menudo, jajaja... No ha sido perfecto, pero tampoco ha sido tan malo. Para las niñas son cambios, no están acostumbradas a salir y aunque el padre no lo entienda, a ellas las revoluciona, las emociona, Claudia aún es pequeña y no entiende de humor y rabietas, de disfrutar sin protestar... es cuestión de tiempo y mucha paciencia, despues de todo, viendo como están las cosas, nosotros no lo estamos haciendo mal, son niñas muy inquietas y exigentes, pero son muy educadas( a excepción de la pequeña aún) y con tiempo todas nuestras penurias serán agua pasada. No hay que olvidar que el tiempo pasa muy rápido. Y ellas tarde o temprano recordarán todos nuestros esfuerzos.